Blackwater IV. la guerra (Michael Mcdowell)

Se trata de un fenómeno editorial la mar de interesante, con una novela en seis entregas que se van a ir publicando cada dos semanas, por lo que apenas tendremos que esperar entre una y otra, y que por ahora nos tiene a todos en vilo con su mezcla de drama familiar, social, y misterio paranormal.

Tras la muerte de Mary-Love, una nueva era comenzó para el clan Caskey con Elinor a la cabeza, capaz de hacer y deshacer a su antojo, cada decisión que tomó en el pasado, da ahora sus frutos. Por su parte, el conflicto armado en Europa, traerá nueva sangre al pueblo de Perdido, pero la guerra no es lo único a lo que los hombres deberían temer en estas tierras.

¿Me ha mantenido enganchadísima igual que los anteriores? Desde luego que sí, madre mía, de verdad que creo que necesitamos más novelas de esta extensión y menos de 700 páginas cuando solo se rellenan con paja, no como esta, donde incluso si son descripciones, cada capítulo es magnífico. Continuamos rodeados de todo ese toque misterioso-paranormal, con una tensión en el cuerpo porque "la bestia" puede despertar en cualquier momento, y os aviso que ya no hay solo una

Me gusta mucho, además, ir siguiendo el paso de los años en esta familia y en esta localidad, en esta ocasión, con la guerra, la salida de la depresión, y el auge del negocio de los Caskey, así como el desarrollo y protagonismo de la nueva generación Caskey: Miriam, Frances y Grace se llevan de lejos lo mejor de esta novela, sin quitarle por ello mérito a Elinor, que siempre está vigilante...

Ahora, admito que esperaba muchas más respuestas, sobre todo en relación con el famoso armario de la anterior novela, pero al menos hay que agradecer la de información que se nos da en este tomo, que solo nos deja con más preguntas... ¡necesito más!

En conclusión, La guerra me ha atrapado por completo, al igual que sus predecesoras, y es que la forma en que está escrita esta historia y la evolución de sus personajes, sus dramas familiares, y su misterio paranormal, me tienen loquísima.