Cenicienta ha muerto (Kalynn Bayron)

Hace dos siglos desde que Cenicienta asistió al baile y se encontró con su príncipe azul, sin embargo, desde entonces, todas las jóvenes son obligadas a asistir al baile anual, donde, si tienen suerte, serán elegidas como esposas por los hombres del reino. Si no la tienen, desaparecerán sin dejar rastro. Todas están obligadas a acatar estas directrices, pero lo único que Sophia quiere es ser libre para casarse con su mejor amiga. Ante la imposibilidad de cumplir su sueño, y al tener que enfrentarse al baile, toma la decisión de huir y, en el momento más inesperado, se encontrará con Constance, descendiente de una de las hermanastras de Cenicienta, que la acompañará en su lucha: acabar con el reinado del horrible monarca.

Lucha y crítica contra el patriarcado, protagonistas luchadoras, representación lgbt y de personas de color. Vamos, que la de elementos que tenía era para crear una historia de esas que te revientan de lo emocionantes que son, que te hacen sudar y te hacen comerte las uñas. A eso, encima, hay que sumarle un giro de lo más interesante al clásico de Cenicienta.

Pero. Si bien, obviamente, lo empecé con muchísimas ganas, me ha sido completamente imposible conectar con la protagonista, Sophia, que está tan en contra de todo el régimen y la situación, y hace tanta ostentación de ello desde el minuto uno, que no comprendo cómo viviendo en esa sociedad haya sobrevivido tanto tiempo; su forma de rebelarse, y su comportamiento para con los otros, que comparten sus ideas pero tienen miedo, hace que no sea sencillo conectar con ella.

Y, por su parte, la trama, aunque pintaba estupendamente, no tiene demasiadas sorpresas: es exactamente lo que se dice en la sinopsis, y no da demasiado giro ni profundiza mucho más en el worldbuilding. Es entretenido, y ágil, sí, pero es que esperaba muchísimo más.