El bosque grimm (Kathryn Purdie)

¿Una novela sobre desapariciones misteriosas, un bosque oscuro y donde encontramos cuentos clásicos reinterpretados? Pero, vamos a ver, ¿cómo espera alguien que me resista a este tipo de historias?

Además, admitamos que tiene una portada preciosa.
Aun así, la verdad es que no había leído apenas reseñas al respecto, y la nota en Goodreads no era tan alta, así que intenté rebajar algo mis expectativas. Por si acaso.

Bien, ¿de qué va El bosque Grimm?

A Clara las cartas siempre le han deparado una muerte prematura, pero eso no le impide embarcarse en una arriesgada aventura en el peligroso Bosque Grimm en busca de un libro mágico, capaz de revertir la maldición que asola su aldea y se llevó a su madre, junto con otros aldeanos, y las cosechas, que no dejan de echarse a perder. Así, Clara se adentra en el bosque junto a Axel, su mejor amigo, cuyo destino le impide estar con ella, y han decidido desafiar a la suerte y arriesgarse para lograr lo que nadie ha conseguido...

Cuentos llenos de guiños oscuros y macabros son los que los esperan en el bosque, muy al estilo de la película El secreto de los hermanos Grimm (peliculón): Hansel y Gretel, Rapunzel... ha sido genial ir viendo el toque que había ido dando a cada uno de ellos, lo estupenda que es la protagonista, que se sale bastante de lo común, y cómo se entrelazaba todo con la historia, aunque he sentido que quedaban un tanto desconectados.

Ha estado muy entretenido desde el primer momento, con su toque de intriga, la ambientación tan chula... pero al mismo tiempo siento que gran parte de lo que ocurre dentro del bosque ha resultado, como decía, bastante inconexo, pruebas que no llegan a ningún lado, sino que simplemente sirven para introducir los personajes/cuentos, con un romance previsible y algo forzado, y termina llegando a un desenlace que, en lugar de cerrar, nos prepara para una secuela que no me parece del todo necesaria.

Así, El bosque Grimm ha sido una historia entretenida, misteriosa, y con su toque original, pero que no ha llegado a conquistarme tanto como esperaba. Ha sido ágil, y lo he devorado, pero todo el rato pensando que podría haber sido más guay.