El incienso de los espiritus (Victoria Álvarez)

Aunque parece que, al principio, le cuesta un poquito arrancar, ha sido una novela que me ha enamorado, me ha alucinado y me ha dejado rota por dentro y por fuera, por tener que decir adiós a esta preciosidad y a estos personajes tan magníficos.

Además, en esta ocasión, aunque todo comienza en EEUU, pronto nos trasladamos a Japón, y la ambientación me ha parecido, una vez más, tan bien hecha, tan inspiradora y realista, que casi parecía que nos encontrásemos nosotros también en ese país a principios del siglo XX. ¿Y la trama? Con el pretexto del encargo del museo de buscar los kimonos, nos sumergimos en una historia misteriosa, llena de peligro y traiciones, reencuentros y despedidas. Vamos, es que solo de recordar todo lo que me ha hecho sentir, se me pone la piel de gallina. Ha sido estupendo, de verdad, cómo iban entrelazándose las subtramas para desembocar en un final que no podría haber sido más perfecto, más conmovedor.

Y no se me olvida hablar de los personajes, a los que después de tres libros ya he cogido demasiado cariño como para olvidarlos, los padres de Helena, tan peculiares, Arshad, leal hasta el fin, capaz de hacer lo que sea por Helena, pero también cabezota a más no poder, y la propia Helena, magnífica y testaruda a partes iguales; el romance, los lazos familiares, el drama, ¡me han mantenido en vilo de principio a fin!