La guardaespaldas (Katherine Center)

La misión de Hannah Brooks consiste, esta vez, en proteger al actor superestrella Jack Stapleton de la señora que lo acosa, quien le cose jerséis con su cara; es el hombre más sexy del mundo y para que la madre de él no se estrese, ella deberá hacerse pasar por ¿su novia? Puede parecer un trabajo más de guardaespaldas, y Hannah es toda una profesional, pero a medida que comiencen a pasar tiempo juntos, todo se complicará y es que, aunque pueda protegerle a él, no será tan fácil proteger su propio corazón para evitar enamorarse de él.

No podía tener más clichés ni ser más previsible, pero aun así es una novela absoluta y totalmente encantadora, de esas que te hacen sentir a gustito y feliz, no puedo negar lo fenoomenal que me lo he pasado leyéndola, y que prácticamente el 90% de ese tiempo que he pasado, o he hecho sonriendo, de lo bonita, mona y graciosa que era.

Personajes queribles, a los que es sencillísimo coger cariño y que te crees por completo, parece que puedan salir de entre sus páginas en cualquier momento (por favor, que hagan película, que va a ser genial), y no solo lo digo por los protagonistas, sino que los compis de trabajo de Hannah y la familia de Jack son ¡estupendos! Por supuesto, no pueden faltar un par de caras desagradables entre tanta armonía, pero hasta eso se disfruta.

Ay, no sabéis lo bien que me lo he pasado, incluso en los momentos tristes que han logrado sacarme la lagrimilla, con giros inesperados (o no tanto, pero aun así estupendos), lleno de detalles y monería, ¡me ha enamoraado!

En resumen, La guardaespaldas es una comedia romántica adorable, divertida y de esas que te hacen sentir estupendamente, te dejan con el corazón calentito y deseas que no terminen nunca; puede no ser original, pero sí monísima y fenomenal.